ESCRITURA PICTOGRÁFICA

 

Primeros medios y pintura rupestre 

 

Estudios lingüísticos, antropológicos y arqueológicos afirman que nuestros antepasados nos legaron sus primeras ideas e impresiones sobre la escritura, por medio de manifestaciones pictóricas que eran un modo de ver y entender el mundo. Este punto de partida lo podríamos ubicar hace más de (40.000 a. C), donde innumerables pinturas talladas del paleolítico superior, permanecieron olvidadas al interior de cuevas agrupadas a lo largo del territorio de la Europa occidental. En este tiempo, el hombre paleolítico, se caracterizo por ser un rudo habitante de las cavernas, que poseía un lenguaje rudimentario y cuyo sentido de la sociabilidad era incipiente. No obstante, descubrió formas de subsistir como la caza, la pesca y “labro sus sencillos instrumentos y armo y decoro sus viviendas con pinturas que representaban los animales que él veía o cazaba, o que eran reflejo de sus costumbres, sus necesidades o sus aficiones.(Relaño, 1949:17).

Fue entonces así, para el año de 1879, que se descubrirían las primeras pinturas paleolíticas, gracias a la excursión realizada por Marcelino Sanz de Sautuola (1831-1888), junto a su pequeña hija María Sautuola a las cuevas en Altamira en España. En aquel lugar, la pequeña observo inmensas pinturas de animales que estaban localizadas muy por encima de su cabeza exclamando: “¡Mira, Papá! ¡Bueyes pintados!”(García Guinea, 1979). Desde entonces, se descubrieron incluso pinturas más antiguas en las cuevas de Chauvet y Lascaux en Francia, donde los investigadores han revelado la existencia de muchas pinturas y signos primitivos, que se parecen a la escritura, pero carecen de la sistematización que nos esperaríamos de un sistema de escritura. Particularmente, para Renfrew (1993), “la vaca que salta” (Figura 2) de la galería axial de Lascaux; por ejemplo, es un signo misterioso que marca un complejo de señalizadores étnicos pertenecientes a un grupo social del paleolítico, pero que “la mayoría prefiere clasificarlos simplemente como “signos”, dado que no sabemos si pretendían representar objetos o ideas.” (Renfrew, 1993:361). Por el contrario, para Senner (2001), “las pinturas rupestres no representan insensateces ni marcas hechas al azar, sino que revelan propósitos representativos estratificados. En algunos casos muestran incluso cierto grado de combinación productiva, que es uno de los principales criterios de la escritura sintáctica”. (Senner, 2001: 12). 

 Figura 1. “La vaca que salta” de la galería axial de Lascaux, Tomada de Colin Renfrew.
Arqueología: teorías, métodos y práctica.
(1993).

Las pinturas rupestres, por lo tanto expresan directamente un significado sin que intervenga una forma lingüística. Esta primera etapa, se la conoce bajo el nombre de “Protoescritura”, testificándose así, que los dibujos o grabados en las rocas fueron el primer paso para el origen de la escritura. En este sentido, podemos llamar Petrogramas a las (pinturas rupestres) y petroglifos(2) a las (tallas/grabados rupestres).

En consecuencia de la historia, también existieron algunos sistemas rudimentarios de escritura, que no tienen como origen la base del dibujo y no hacen en lo absoluto el empleo de la línea, sino de objetos reales, indudablemente emblemáticos. Es pues una escritura de tres dimensiones en vez de dos, y en la que además interviene el color como un elemento fundamental. Este ejemplo, lo tenemos en los quipus (figura 3) de los indios del Perú, que consistían en unas cuerdecillas de diferentes longitudes y colores, dispuestas en grupos de variable grosor, formando así nudos más o menos complicados.

 Pictogramas

Los primeros registros sobre la escritura han logrado ser reconstruidos gracias a los hallazgos arqueológicos realizados en la antigua Mesopotamia, Creta, Egipto, y China. Generalmente estas investigaciones establecieron reglas para encontrar la relación que tenían los símbolos y los sonidos de la lengua, diferenciando claramente los sistemas fonéticos (la mayoría actualmente) y los no fonéticos (los de la historia primitiva). También las investigaciones utilizaron la grafémica(3) para entender, las múltiples convenciones de tamaño, estilo, configuración y dirección de los símbolos que los pueblos manejaban al escribir. Esto era realmente importante, ya que los grafemas son unidades abstractas que pueden adoptar distintas formas (variaciones físicas), dependiendo del estilo de escritura o tipografía, de allí que pueda aparecer G —› (g),(?),(?),(?), y siempre los lograremos reconocer puesto que esto no cambia la identidad subyacente.

A saber, todos los símbolos cualesquiera que sean, tienen siempre interpretaciones diferentes, pero estas pueden tener mayor o menor convalidación en el contexto sociocultural en el cual emergen y los sujetos que la reciben. Estas figuras se conocerán en la historia de la escritura con el nombre de pictogramas puesto imitan y describen la realidad, presentando verdaderos relatos por medio de dibujos plasmados en piedras, madera (tablillas), metales, caparazones y árboles. Por ejemplo, para Arnhein (1997), si comparamos dos patos que caminan en fila india (superpuestos) y otros dos que se encuentran totalmente separados, podríamos deducir que los primeros comunican de una manera más poderosa el hecho de estar <<juntos>>, ya que a simple vista, los dos forman un único componente visual. Por el contrario, la segunda pareja aunque involucra una cercanía, obligaría a las personas a realizar más abstracciones pues no se puede asegurar que función cumple cada animal en la escena.

 


Figura 2. “Dos personas en un barco, ¿o es un trineo?” “El significado exacto de este grabado en roca de la Escandinavia de la edad de bronce nos resulta confuso sin ninguna evidencia adicional”. Tomada y adaptada de Colin Renfrew. Arqueología: teorías, métodos y práctica. (1993).

Según lo anterior, una posible lectura de este tipo de escritura consistiría primero en reconocer los símbolos, y luego asociarlos a una secuencia real y verbalmente coherente, que permita interpretar el punto de vista de la lengua en la que se esta hablando. De la misma manera, para Edgar H. Sturtevant (1875-1952), el lenguaje es igual de antiguo que la sociedad humana y esto hace posible que ella pueda estar organizada. En comparación, la escritura es una invención moderna. Si nos parece ser muy antigua, es porque la historia se registra únicamente por escrito, y así no puede haber una historia más antigua que la escritura”. (Sturtevant, 1963, p.19). La conexión entre el habla y la escritura es evidente, sin embargo, esto constituye que la primera tiene una mayor antigüedad que la segunda. “Que no quiere decir, por supuesto, que la comunicación depende necesariamente del habla”. (Sturtevant, 1963, p.19).

En suma, muchos estudios han demostrado que una historia puede contarse a través de imágenes, ya que ellas pueden llevar consigo la mayoría de mensajes con eficacia. Según Sturtevant, un ejemplo de lo anterior, lo encontramos en la escritura pictórica que los indios americanos utilizaban con bastante familiaridad y practica, para comunicar sus conocimientos a través de un mensaje específico. Observemos la figura número seis (6), que es la reproducción de una carta de un jefe indio al presidente de los estados unidos: 

 


 Figura 3. Tomada de Edgar Sturtevant. An Introduction to Linguistic Science. (1949). Adaptación.Suárez (2010).

 “El destinatario de la carta (8) tiene una cara blanca y se encuentra en una casa blanca. Esto hace evidente el objetivo: es para “el hombre blanco en la casa blanca”. El escritor (I) pertenece al tótem del águila; las líneas encima de la cabeza indican que él es un jefe, y su brazo extendido denota una oferta de amistad hacia (8). Detrás de él están cuatro guerreros del tótem del águila (2,3,4 y 5). El número (6) es un guerrero del tótem bagre y su corazón indica que cualquier decisión tomada por los indígenas une la naturaleza, los animales y humanos en la lucha de una misma idea. El número (9) no es identificado por su tótem, pero por el mayor número de líneas que se levantan de su cabeza indican que él es un jefe más poderoso y antiguo que el numero (I). Las líneas que conectan a todos con los ojos indican la armonía para vivir juntos. Por lo tanto, las casas debajo de los tres guerreros menores (3,4 y 5) indican que ellos aunque tienen una cosmovisión independiente, pueden adoptar algunas costumbres del hombre de la casa blanca (8) para obtener así la paz y amistad entre pueblos”. Tomado de (Sturtevant, 1963, p.20). Adaptación /reinterpretación: (Suárez, 2010).

 

  

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